Estás pensando en comprar un coche eléctrico y en cuanto te zambulles en información, encuentras términos que te suenan a chino. Schuko por aquí, CHAdeMO por allá,… Y al final, no acabas de comprender qué necesitas para cargar un coche eléctrico o cuánto tardan unos u otros en rellenar las pilas de tu coche.
Lo primero es conocer los tipos de conectores que puedes utilizar para cargar tu coche eléctrico. ¡Te los mostramos!
- Schuko: se trata del enchufe de casa de toda la vida. De carga alterna, es capaz de soportar hasta 2,3 kW y es, de este modo, la forma menos eficiente y segura de cargar un coche eléctrico.
- Mennekes: Es, hoy por hoy, el más extendido en Europa. Su nombre es originario de la empresa que lo inventó por primera vez. También es de carga alterna y soporta 16 amperios en carga monofásica o bien 63 amperios si se trata de una carga trifásica. La potencia, respectivamente, varía: en el primer caso es de 3,5 kW y de 44 kW en el segundo.

- CHAdeMO: Se utiliza tanto en Asia como en Estados Unidos y es de corriente continua. En su primera fase, presumía de tener una potencia de hasta 50 kW y soportar una corriente de hasta 125 amperios, pero eso ha cambiado: los conectores CHAdeMO tienen hasta 150 kW de potencia, que se corresponde a 350 amperios.
- CCS: Se le considera el estándar para cargas rápidas en Europa, ya que permite cargar un coche eléctrico en los modos 1, 2, 3 y 4. Sobre estos modos os hablaremos un poco más abajo. En corriente continua, admite hasta 350 kW de potencia, tal y como hemos visto en Estados Unidos.
Después, hay otros cargadores que son exclusivos de Estados Unidos, como el utilizado para el supercargador de Tesla, aunque la marca ya cuenta con adaptadores para CCS, más común en cargadores públicos, por ejemplo.
Modos de carga
Antes os hablábamos de que el conector CCS se consideraba estándar porque permitía utilizar modos de carga 1, 2, 3 y 4. Habréis dicho, ¿qué es? Pero como os hemos dicho, aquí debajo lo podéis ver.
- Modo 1: Se trata de conectar el coche de forma directa a una corriente alterna. Vamos, utilizar un enchufe de casa para cargar un coche eléctrico. Esta forma de recargar es muy lenta, unos 15 kilómetros de autonomía extra por cada hora de carga. No es recomendable para coches, ya que no cuenta con ningún tipo de seguridad.
- Modo 2: También llamada carga lenta, es ideal para utilizarlo en casa durante la noche. Es apto tanto para coches como motos y se trata de un tipo de recarga monofásica que se lleva a cabo con un voltaje de 230V, con potencias que van desde los 3,7 kW hasta los 7,2 kW. Se conecta a una toma Schuko, aunque con un adaptador entre coche y corriente que proporciona la seguridad necesaria para no estropear ningún elemento del vehículo.

- Modo 3: Considerada carga media o semi-rápida, necesita un dispositivo especial que sirva como punto de recarga para otorgar la seguridad necesaria para llenar las baterías del coche. En España, los postes públicos tienen como obligación utilizar este tipo de tecnología. Permite hacer cargas de hasta 3,6 kW en un garaje particular y de hasta 7,2 kW en la calle.
- Modo 4: Este tipo de cargas se hacen fuera de los garajes y permiten cargar, en algunos casos, un 70% de la batería en menos de 30 minutos. Aunque dentro de este modo, hay dos tipos de carga: rápida o ultrarápida. Esta última es recomendable en situaciones de emergencia, ya que daña la batería si se usa con mucha frecuencia.
Y para cargar en casa, ¿qué instalar?

Para casa, en función de la potencia o necesidades que tengas, hay dos grandes soluciones, aunque con precios diferentes. Si quieres instalar un Wallbox básico, podrás cargar tu coche a una potencia de 3,6 kW o 7,2 kW. Es utilizable para un único coche y tarda en torno a 12 horas. Este punto de carga, dependiendo de la complejidad de la instalación, puedes encontrarlo desde unos 600 euros.

Puedes escoger un Wallbox más avanzado. Cuentan con autentificación con tarjeta (ideal para comunidades de vecinos y que no carguen a tu cuenta). Algunos tienen Wi-Fi y permiten monitorear tu coche a través del móvil. Como los puestos de carga de Electrify América. Además, puedes controlar el consumo. En este caso, te costará más de 1.000 euros con total seguridad.