“Cometimos el error de vender un producto que no teníamos en la estantería, no tenemos dónde enchufarlo y el precio es carísimo. Nos equivocamos todos”, Pere Navarro ‘dixit’. Pero para nosotros, el que se equivoca, eres tú.
Evidentemente, el agravio comparativo con los coches de combustión es grande. Pere, es igual que si decides comparar la capacidad lectora de un adulto con la de un niño de 10 años (aunque el coche eléctrico lleva aún menos entre nosotros): el niño siempre lo hará peor hasta que se haga mayor, pero para ello hay que educarle, mostrarle el camino y tener paciencia. No decirle “nos equivocamos contigo” a las primeras de cambio.
“El nacimiento del coche eléctrico no implica la muerte de la combustión… al menos de forma instantánea”
Está claro, no hay tantos puntos de carga como gasolineras. Y también es evidente que España no es Noruega. Pero hablamos de una industria más que desarrollada frente a una emergente que se está autodescubriendo en un país con un parque móvil muy envejecido. La transición, por tanto, al igual que el nacimiento del niño no implica la muerte del padre, será lenta. Hasta que el padre se haga anciano y deje de existir, el pequeño ha de prepararse para ser adulto y sucederle.
Este símil, llevado a la movilidad eléctrica, conlleva una incansable instalación progresiva de puntos de carga, un aumento de la presencia de vehículos eléctricos y un aumento gradual de gente convencida. No queramos hacer al niño adulto de golpe… aunque otros países, más desarrollados que el nuestro, sí lo hayan conseguido.
“El coche eléctrico crece imparable: en 2019, se prevé que duplique sus cifras”
Porque lo cierto es que no hay signos de alarma que nos hagan presagiar que el coche eléctrico esté siendo un fracaso. Más bien todo lo contrario: en 2018 duplicó sus ventas respecto a 2017 y este año, de mantenerse la tendencia, repetirá la gesta del anterior. Vamos, un crecimiento que ya querrían muchas compañías, aunque el porcentaje de coches eléctricos presente en el parque móvil aún sea bajo.
También invita al optimismo acciones como las de EndesaX, que pretende instalar 8.500 puntos de carga en toda España hasta 2023. Puntos que se sumarían a los que ya existen que, aunque limitados, ya permiten viajar por nuestro país -ya os contó la experiencia nuestro compañero Juan Ochoa en un Nissan Leaf-.
Por tanto, querido Pere Navarro, te equivocas a la hora de ver el futuro con derrotismo. El coche eléctrico crece de forma imparable, aunque en nuestro país no lo haga al ritmo de Noruega. Y te equivocas al pensar que la transición hacia la movilidad cero emisiones es coser y cantar: fabricantes, empresas e instituciones están poniendo mucho de su parte. Falta, simplemente, la madre de la ciencia: la paciencia.