“El climatizador quita mucha autonomía a la batería del coche eléctrico”. Esta frase la hemos escuchado una y mil veces. Y en EVPro hemos querido comprobar qué hay de cierto en esto. De ahí que nos hayamos puesto a los mandos de un Renault ZOE, que en otoño presenta su nueva generación, para hacer una ruta de cincuenta kilómetros que hemos repetido en cuatro ocasiones de diferentes formas.
Para ello contamos con un protagonista, Alberto. Encargado de la contabilidad de una empresa, cuenta con numerosas reuniones a diario. Un caso es aplicable a un comercial, que se pasa el día de puerta en puerta o también a alguien que está en paro y acude a una entrevista ¿Merece la pena llegar sofocado por miedo a no llegar los destinos? ¿O es mejor llegar fresquito, con la chaqueta puesta y sin necesidad de pasar calor? Vamos a comprobarlo.
Para realizar la prueba, hemos diseñado una ruta de cincuenta kilómetros que incluye tramos urbanos y extraurbanos. Porque con el Renault ZOE entramos al centro de Madrid (50 km/h), zonas de autovía (A-3 y A-1) a las que había que ir a 120 km/h y carreteras limitadas a 90 km/h, como la M-30 o la carretera de Vicálvaro a Mejorada del Campo.
El primer test decidimos hacerlo con aire acondicionado. Fuera del vehículo había 38 grados de temperatura y queríamos empezar la prueba sin sufrir demasiado. Por ello, pusimos el aire acondicionado al máximo con el modo ECO activado.
Este modo reduce las reacciones del motor y por tanto, hace las aceleraciones más progresivas para reducir el gasto de batería. Esto también afecta al aire, que sale con menos fuerza, pero no es perceptible a nivel de sensaciones térmicas: enfría estupendamente.
En la primera toma de contacto en esta ruta, el coche gastó 8,0 kWh de la batería y 0,7 kWh de aire acondicionado, a lo que hay que sumar una recuperación de 1,5 kWh mediante la frenada regenerativa. De este modo, observamos que al terminar el recorrido, este Renault ZOE había gastado 7,2 kWh.
Ahora sin aire, descamisados e intentando pasar el mínimo calor posible, repetimos la ruta. Las condiciones eran las mismas: 38 grados en el exterior del vehículo. Y debido a ello, la ruta se hizo eterna. El calor era insoportable. Una experiencia poco recomendable no solo para la salud, también para el consumo. Porque como veréis, no afecta tanto a la autonomía del coche… y llegarás hecho un trapo a tu destino.
En este caso, el Renault ZOE casi clava el consumo energético del motor: 7,9 kWh, a lo que hay que restar un 1,4 en recuperaciones. De esta manera, el urbano francés nos hizo un consumo de 6,5 kWh en 50 km. Sí, 0,7 kWh menos… pero muy sufridos.
Pero… ¿a cuánto equivale este ahorro? Este Renault ZOE, con la batería al máximo, nos marca una autonomía de 281 km gracias a su batería de 41 kWh. Pero a esto hay que añadirle las recuperaciones que consigue, así que podemos deducir que este coche puede alargar su autonomía hasta los 300-310 kilómetros.
Si hacemos una regla de tres sencilla, 0,7 kWh equivalen a unos 5-6 kilómetros de autonomía… y salvo que pienses hacer un viaje largo y estrujar la autonomía al límite, no es una cifra tan relevante (salvo emergencias) como para conducir en condiciones de calor extremo. De hecho, hemos completado las cuatro rutas con una carga (además de desplazarnos del final al principio del tramo para repetirlo) y nos ha sobrado autonomía.
¿Y qué sucede con temperaturas más suaves?
Con calor extremo la diferencia es apenas palpable. Pero observamos que quizá, con una temperatura menos extrema, el comportamiento del climatizador en este coche eléctrico también sería menos radical… recortando aún más las diferencias entre conducir con aire y sin él. Y acertamos. Porque en hacer el mismo tramo a las 7 de la mañana con el aire puesto, el consumo energético del climatizador se redujo hasta consumir 0,2 kWh. Eso es medio kWh menos.
Y el consumo del motor, que firmó 7,8 kWh hay que restarle unas recuperaciones de 1,6 kWh. En total, en esta ocasión hicimos un consumo total de 6,4 kWh en estos 50 km. Es decir, menos que con el climatizador desactivado a 38 grados.
Por último, el Renault ZOE firmó, con una temperatura similar (ahora conducir sin aire era mucho menos desagradable), unos registros idénticos: 7,8 kWh de consumo y unas recuperaciones clavadas a la anterior prueba, 1,6 kWh. En esta ocasión, al no llevar nuestro coche eléctrico el climatizador activado, firmamos el consumo más bajo: 6,2 kWh.
¿Esto cómo se refleja en euros?
Hablemos de dinero, que también es importante. Porque al final, el ahorro en autonomía también repercute en el bolsillo a la hora de recargar el coche en casa. En el caso de hacerlo así, el ahorro es mínimo. Porque cogiendo la tarifa media del día (0.11421 céntimos por kWh), el coste de hacer este recorrido gira en torno a los 25 céntimos.
Si escogemos la opción de poner el climatizador a toda potencia durante estos cincuenta kilómetros, el trayecto costará en la factura (puede ser más o menos en función de tu contrato) 28 céntimos. Si quieres torturarte quitando el aire, ahorrarás dinero, sí, pero creemos que ganar tres céntimos no te compensará demasiado. Cuesta, el recorrido, unos 25 céntimos.
Misma cifra que cuesta hacer el recorrido, con climatizador y una temperatura más moderada. Lo más barato, sin duda, es conducir sin aire con temperaturas moderadas. En ese caso, te costará 24 céntimos el trayecto. ¿Por cuatro céntimos vas a pasarlo mal? No lo vemos, sinceramente.
Conclusión: conduce con el climatizador y disfruta de tu coche eléctrico
Os hemos mostrado cuatro casos prácticos de conducción con y sin climatizador. Entre nuestro mejor registro y el peor, hay 1,7 kWh de diferencia. Algo que puede parecer notorio, pero que realmente no lo es: esta diferencia equivale a hacer entre 12 y 15 km más o menos.
Dentro de una autonomía de 300 km, es una diferencia casi imperceptible, más si conduces de una forma ecológica, cuando las recuperaciones son mayores. Es por esto que lo mejor que puedes hacer es disfrutar de tu coche eléctrico (en este caso, un Renault ZOE) y te despreocupes de apagar y encender el climatizador.