Los coches eléctricos son ideales para la ciudad y sus alrededores, aunque también permiten la posibilidad, con cierta planificación, de hacer viajes de media y larga distancia. Pero si tu objetivo es conducir la mayor parte en autopista, no te recomendamos que compres, al menos de momento, un eléctrico.
La autonomía de estos coches descienden más rápido a altas velocidades, por lo que en este caso, te recomendamos un coche impulsado por gas: es un combustible muy barato, garantiza grandes autonomías y aunque las ‘gasineras’ no son tan comunes como las gasolineras, están muy presentes y se reposta en pocos minutos.
En el caso de que te decantes por estos coches, te recomendamos que veas las ventajas e inconvenientes de utilizar los distintos tipos de gas que hay disponibles. Por un lado, el Gas Natural Comprimido (GNC) y por otro, el Gas Licuado de Petróleo (GLP).