El acuerdo de París sobre el calentamiento global puso el foco en el aumento previsto de 5 grados de temperatura media en la Tierra para el año 2100. Esto es algo que sería catastrófico para el ser humano y todo el medio ambiente, de ahí que se trabaje, desde entonces, en intentar mantener ese aumento en menos de dos grados totales. Unos retos que hay que superar mediante la nueva movilidad.
El CO2 es el principal causante de este fenómeno medioambiental y la única forma de evitarlo es cambiando la movilidad. Porque si se mantienen los niveles actuales de producción, habrá 120 millones de coches en las fábricas y 2.000 millones de coches en circulación. Un desastre, sobre todo, para las zonas urbanas: el 85% de las emisiones se generarán en las ciudades, ya que en ellas vivirá el 50% de la población mundial.
La forma de llevar esto a cabo es la electrificación, ya que permite moverse hacia un mundo libre de emisiones. Pero aún falta trabajo para que esta tecnología lidere el mercado. Según un estudio elaborado por Schaeffler, empresa de componentes, en 2030 se estima que el 40% de los coches serán híbridos y el 30%, totalmente eléctricos. Buenas cifras que permitirán bajar las emisiones en las grandes capitales europeas.
Esas cifras cambiarán aún más para 2050, con tan solo un 9% de los coches con motor de combustión. Para entonces, el 66% serán 100% eléctricos o tendrán tecnología de pila de combustible. Por tanto, aunque la idea es acelerar el proceso de electrificación, esto permitirá un futuro a largo plazo libre de emisiones, lo cual es una gran noticia para la humanidad y el medio ambiente.
Para cumplir esto, es necesario generar economías de escala. Porque para que un coche eléctrico pueda competir con uno de combustión a nivel de precios, las baterías deben abaratarse un 67%.
De este modo, sucederían dos cosas: por un lado, la batería no tendría tanto peso en el gasto del coche (un 45%) y además, los fabricantes podrían jugar más con el equipamiento, al tener un mayor margen de maniobra. La llegada de infraestructuras de carga es clave para mantener el interés por parte de las marcas en esta tecnología.
Pero hasta que todo esto llegue, optimizar los consumos y emisiones de CO2 de los coches de combustión es fundamental. De ahí que haya tecnologías actuales, como las que hacen empresas tipo Schaeffler, que permiten reducir sus emisiones en un 15%: hibridación de 48V o reducción de la fricción interna.
Por otro lado, es necesaria cambiar la forma de producir energía. Según datos del IEA, se generaron 25.000 TWh en todo el mundo durante 2017 y solo un 25% es renovables. En 2050, habrá 50.000 TWh de energía producida total, pero solo un tercio de esa cifra será renovable. Esto es algo que debería cambiar… al igual que el resto de retos de la nueva movilidad.