Disculpad que aún no haya escrito la crónica sobre el V Foro de Nissan sobre movilidad sostenible, pero es que vengo calentito de él. Un evento, vaya por delante, exquisitamente organizado por la marca japonesa, pero del que vengo frustrado. ¿Por qué? Porque los políticos presentes han demostrado no tener mucha idea (algunos nada) de movilidad eléctrica y transición energética.
Su papel es clave para lograr que la electrificación se implante. El caso más flagrante, el del jefe del departamento de Ahorro y Eficiencia Energética de la Junta de Castilla y León, Roberto Getino.
¿Cómo se puede decir que basta con 28 puntos de carga para cubrir rutas de 100 kilómetros en un mercado que duplica ventas cada año?
En su intervención, ha llegado a asegurar que si se lograse “una capacidad alta de carga, con 28 puntos de carga valdría para cubrir rutas de 100 kilómetros”. Y esto es, sencillamente, una auténtica barbaridad si queremos mirar al futuro. Una barbaridad que duele tras ver cómo medios de comunicación, fabricantes (como Nissan, precisamente) y otras empresas privadas se están encargando de hacer saber al mundo que esto no es así.
¿Alguien se plantea que haya una gasolinera cada 100 kilómetros? Es inviable. Imaginemos si echar gasolina requiriera más de media hora o incluso horas, en función del coche y de los kilowatios necesarios. Suena más absurdo todavía. De ahí que sostengamos que hay gente en representación de la movilidad eléctrica que no tiene mucha idea de lo que estamos hablando.
¿Imagináis a dos coches eléctricos peleando por la ‘pole’ del punto de carga? Nosotros tampoco
Imaginemos que hay un único punto de carga entre, por ejemplo, Valladolid y Salamanca (120 kilómetros). Si hay dos personas que viajan sobre la misma hora a ese destino, solo uno podrá cargar. Sí, es cómico pensar en dos usuarios de eléctricos luchando en la autopista por llegar el primero, pero no es viable si la apuesta unánime (salvo alguno) de la clase política es la movilidad eléctrica.
Es necesaria, para que crezca el parque móvil de vehículos eléctricos, una urgente implantación de puntos de carga rápidos. Primero, evidentemente, para abastecer un mercado creciente… y segundo, evidentemente, para lograr que los repostajes sean rápidos y de esta manera, un coche no acapare un punto de carga durante horas. Esto es algo que el responsable del departamento de ahorro y eficiencia en Castilla León parece no comprender. O al menos, nos ha hecho creer eso con sus palabras.
Duele ver cómo los fabricantes y otras empresas privadas están apostando mediante inversión por esta movilidad al ver cómo los responsables encargados de legislar no saben sobre qué legislan. La movilidad eléctrica es una realidad y es necesaria. De ahí que nuestros políticos deben plantearse que el problema de transición energética es inmediato, prioritario y urgente… A menos que prefieran no solo seguir ensuciando el planeta, también recibir escalofriantes multas por parte de los organismos europeos.